Reflexiones y convocatorias sobre la educación somática con la finalidad de empoderarnos desde el cuerpo físico, emocional, mental y trascendente. Aprendizaje y enseñanza de recursos corporales y expresivos para la vida y para la escena. Potenciar el gesto, el movimiento, la voz , la danza y la palabra como vías creativas y afirmación de la singularidad.
5 abr 2014
31 mar 2014
Los pies.......
30 de marzo 2014
Presiones, apuros, traslados, tránsito, violencia en
relaciones interpersonales, institucionales problemas de distintos orígenes nos
van transformando a lo largo del día.
Les sugiero que al entrar en sus casas se dediquen mejorar
ese estado.
Al regresar a casa pueden seguir esta guía para aliviarse
Sólo son tres pasos y
Hoy, empezamos por los pies. Ahora mismo pueden ponerlo en práctica
Paso 1: Tomar un pie con las dos manos y recorrerlo
totalmente. Talón. Planta. Metatarso y dedos. Presionar y masajear a distintos
niveles de profundidad. Piel-Músculo-tendón, hueso.
Paso 2: Tomamos cada uno de los dedos. Tira suavemente de
cada uno. Lo mueve por sus articulaciones, lo enrosca y desenrosca
Paso 3: De pie cerca de la mesa o cualquier superficie que
me sirva para sujetarme. Levanto los dedos y metatarso de los dos pies , apoyo
y luego levanto talones. Así flexibilizamos todo el pie. Por supuesto tiene que
ser suave y cómodo. Lo repito un par de veces.
Ojalá te haya resultado útil y que lo puedas repetir a
diario.
Una deliciosa leyenda
china relata que en las laderas del monte Tao-ying donde el inmoral P'ong-tsu
apoyó sus pies, suele posarse una luciérnaga llamada Ming que canta la canción
de la Rotación de las Estrellas. Quién la ve comprende que nada está nunca en
el mismo lugar, pero también que sus pies son- en ese momento- los de P'ong –tsu
y el brillo de sus ojos heredero del fulgor de la luciérnaga.. Cuando eso
ocurre experimenta un cosquilleo que va del talón al dedo gordo de cada pie, y
desde el empeine a las uñas. Si está calzado sentirá que sus sandalias,
babuchas o botas, están cosidas con el fulgor de los cometas, y si acaso está
descalzo verá que entre la estructura del monte y sus pies no hay diferencia.
Sus dedos serán raíces, su vellosidad musgo y el temblor agradecido de las
rodillas la señal que el cielo le envía a la tierra para celebrar sus amores.
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